viernes, 29 de septiembre de 2023

Azabal 2023... una huella imborrable en el corazón

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  Azabal 2023...   

una huella imborrable en el corazón

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Testimonio 1.

Hugo, Marta, Andrea y Chema, alumnos/as 

de 1º de Integración Social.


 
       Azabal, pueblo, proyecto y vivencia que nos ha dejado una huella imborrable en el corazón. Cuando nos comunicaron la noticia de este gran proyecto a principios del año pasado, quisimos formar parte de él desde el primer minuto. Vimos la oportunidad de compartir un viaje, experiencias y anécdotas con nuestros compañeros,  profesores y todas las personas de este maravilloso pueblo.

              

     Meses de ardua planificación donde nos volcamos e invertimos horas para poder preparar todo lo necesario con nuestros compañeros de mañana y tarde.  El día de nuestra salida y la noche anterior el nerviosismo era palpable en todos nosotros, eso que llevábamos esperando y preparando todo el año estaba a escasas horas de hacerse realidad. Después de un largo viaje, finalmente llegamos a nuestro destino, allí nos recibieron cálidamente, tanto Isidro, su alcalde, como el resto de azabaleños.

    Nuestro primer día consistió en hacer correr la voz sobre nuestra llegada y organizar la semana y las distintas tareas que llevaba a cabo cada equipo. Durante ese primer día muchos de nosotros teníamos inseguridades acerca de esta experiencia y del trabajo que íbamos a realizar. Todas estas inseguridades que nos abordaron el primer día se fueron disipando gracias a nuestro desempeño y la guía de nuestros profesores.

    A lo largo de la semana vivimos ciertas dificultades metereológicas, personales y logísticas que nos hicieron reflexionar y darnos cuenta que a pesar de estos pequeños contratiempos, consiguió que reforzáramos nuestra unión grupal y nuestra capacidad de adaptación y superación. 

    No todo fue trabajo, pues disponíamos de momentos de ocio, convivencia grupal y actividades para nosotros mismos como juegos de mesas, teatros, dinámicas y charlas de sobremesa. Además, como todo trabajo era grupal los momentos de cocina y limpieza no supusieron una gran carga. ¡Hasta aprendimos a cocinar!

     Los vecinos en su acogida nos facilitaron alimentos como verduras, pan, agua y hasta una residencia. Lo mejor que pudieron brindarnos fueron sus increíbles cerezas y sus anécdotas de cómo era la vida en un pueblo tan pequeño y acogedor hace muchos años. 

    

     Durante toda la semana hicimos a su vez diversos proyectos por los pueblos de alrededor en los cuales visitamos centros de salud mental, colegios, residencias, etc. En todas ellas fuimos muy bien recibidos.

    En nuestras jornadas de ocio enseñamos a los vecinos nuestro baile tradicional de Andalucía que como todos conocemos son “Las Sevillanas”, estos nos respondieron mostrándonos su baile tradicional,la famosa Jota extremeña.

    A lo largo de la semana nos invadieron una multitud de emociones, pues lloramos, reímos, bailamos, cantamos y jugamos, entre otras muchas cosas más, incluso llegamos a disfrutar de los pequeños momentos como los caminos a la ducha ya que llegamos como grupos diferentes a esta localidad y salimos de ella como un grupo conjunto que ahora recordamos con nostalgia y al que todos volveríamos sin pensarlo una sola vez.


Testimonio 2. 

        Azabal... más que un proyecto, más que una vivencia, mucho más que una ilusión. Durante dos años, soñamos con la posibilidad de realizar este proyecto de convivencia, que más tarde y por suerte, no solo se quedó en un proyecto.

      Pudimos llevarlo a cabo, aportándonos experiencias inolvidables como TSIS, así como tantas otras, de carácter incalculable, a nivel vital y personal, en el que realizamos un gran trabajo de unión grupal y conocimiento como equipo.

 

         Recuerdo el camino hacia el autobús de salida, nerviosas, con incertidumbre de saber lo que nos depararía en aquel pueblo del que tanto habíamos hablado, para el que tanto nos habíamos preparado. 

        Estuvimos meses elaborando y afianzando dinámicas, materiales, actividades, tomando conciencia de la importancia de nuestra profesionalidad allí... preparándonos para llevar a cabo un proyecto con el que tanto habíamos soñado. 

 
        Estábamos llegando, y aún no nos lo creíamos, ¡llegábamos a Azabal, por fin!, aquello que parecía una simple propuesta de un soñador grupo de alumnas y equipo docente, se estaba llevando a la realidad, con tanto esfuerzo y dedicación, sin parar de interponer este proyecto en las vidas de cada una de nosotras, durante meses nos dejamos la piel para que este
sueño, que parecía una utopía, se hiciese realidad.
 
 
     Llegamos al Casar de Palomero, nuestro lugar de pernocta para aquellos días, donde el amable y humilde pueblo nos acogió y convidó con tanto cariño en todo momento.  Su escasa población estaba a nuestra total y entera disposición, la acogida fue inmejorable. Nuestras expectativas se elevaron de cero a cien al ver el lugar, ya que las profesoras nos habían pintado una estancia mucho más rural y apretada, a la vez que el pueblo entero nos brindó la unión que nosotras veníamos a aportar en aquel lugar, nos dieron gran parte del trabajo hecho. 

    La primera noche de convivencia, entre lloros de cansancio, risas de incertidumbre, nerviosismo, ronquidos y demás ruidos del personal... Fue inolvidable, la recuerdo con claridad y melancolía, cuando todas esperábamos el amanecer con ansia, queriendo conocer cada una de las partes del que por unos días fue nuestro hogar.

    Me resulta imposible describir acertadamente con unas pocas palabras todo lo que hemos vivido en esta experiencia, sinceramente, hay que vivirlo para sentirlo... 

    Por lo que, me remito a compartiros un pequeño repaso de nuestras aventuras en Azabal, allá voy: Reuniones de madrugada, pocas horas de sueño, acontecimientos inesperados (ante los que la improvisación fue nuestra mejor arma), dinámicas triunfadoras, otras que pudimos salvar con talante y profesionalidad, carcajadas a media noche (y lo que no era medianoche..), rutas por el pueblo, charlas con todo tipo de azabaleños/as, descubrimientos de lugares preciosos, reuniones interculturales, llantos de emoción y felicidad, risas de emoción y felicidad, alegría que vivimos, repartimos y compartimos con cada uno de sus habitantes y rincones, en este pequeño pero gran pueblo. 

 

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GALERÍA DE IMÁGENES
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